(A Inma de Celis)
Ahora resulta Marcos Ana
que soy un metafísico,
de ahistorico talante
demasiado crítico
querido amigo viejo.
Pero tú me dijiste ayer:
"Triste es luchar en una misma casa,
romper la mesa donde el pan se come,
vivir entre paredes, enfrentados
tercamente en un mismo territorio".
Es que esa es mi patria
a veces, de repente,
como España,
de conjurados necios
y ciegos pensadores,
viviendo en casa oscura
con mirada túnel
sin destellos.
Ahora resulta Marcos Ana
que soy un neoconservador
colmado de beatería
revolucionaria
lleno de triste moralina,
eso resulta que soy yo
querido amigo viejo.
Pero tu me dijiste hoy
en la penumbra:
"Soñar; siempre soñar,
con banderas y besos,
la libertad y el aire
soplando en mi cabello".
Y así
entre tu susurro
y la fácil descalificación
de los enanos,
me levanto temprano
a preparar el alimento,
negándome en virtud
querido Marcos Ana
a dejar mis alas en suspenso.
Entonces
te apareces de nuevo
por la pieza
llena de libros
y de humo,
me interpelas:
"Mi pecado es terrible;
quise llenar de estrellas
el corazón del hombre".
Y me reconozco
nuevamente,
que yo no quiero comer
del mismo plato
de los nuevos liberales
progresistas modernos
capellanes,
que yo no quiero.
Que yo no quiero
acompañarlos en sus viajes
y chocar mis codos
con sus codos
en la mesa mayor
del pragmatismo,
que yo no quiero.
Que otros
se llenen la boca de discursos
con un pueblo abstracto, inexistente,
porque yo, vuelvo mi cuerpo entero
Marcos Ana, mi amado amigo viejo
al pueblo real carne y nervadura.
A ese pueblo
tan real y tan concreto
que come en mi casa
la comida y el pan
que preparo con mis manos
cada día,
eso quiero
eso quiero
eso quiero
amado amigo, compañero.
Fesal Chain
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domingo, 27 de septiembre de 2009
lunes, 14 de septiembre de 2009
Dorando las olas.
Dorando las olas, a tu temperatura
Hablan de una estrella que aun no tiene figura
Mirando hacia el suelo, apagas un cigarrillo.
Esta noche en la trena huele duro a castigo.
Y pasan las horas y el sudor se enfría
Ha caído una saca cuando empezaba el día
Las suelas separan los muertos de los vivos
La diferencia no la marca el físico.
Yo creo que a ti te conocí en Porlier,
Y yo en el puerto de Alicante,
Ya no me acuerdo… la última vez
Creo que intentabas escaparte.
Rompías el silencio en servilletas pintadas,
Y la musa no solo se tocaba.
Recuerda amigo que el percal esta duro,
El respeto al verde siempre le quita orgullo.
Que quede claro que esto son hechos reales
La juventud respira tus colores
Aguante de lobo sediento de hambre,
Libre como el árbol que tanto dibujaste
Yo creo que a ti te conocí en Porlier,
Traigo recuerdos de Ana Faucha,
Ya no me acuerdo… la última vez
Creo que intentabas suicidarte.
Antonio Yeska
Hablan de una estrella que aun no tiene figura
Mirando hacia el suelo, apagas un cigarrillo.
Esta noche en la trena huele duro a castigo.
Y pasan las horas y el sudor se enfría
Ha caído una saca cuando empezaba el día
Las suelas separan los muertos de los vivos
La diferencia no la marca el físico.
Yo creo que a ti te conocí en Porlier,
Y yo en el puerto de Alicante,
Ya no me acuerdo… la última vez
Creo que intentabas escaparte.
Rompías el silencio en servilletas pintadas,
Y la musa no solo se tocaba.
Recuerda amigo que el percal esta duro,
El respeto al verde siempre le quita orgullo.
Que quede claro que esto son hechos reales
La juventud respira tus colores
Aguante de lobo sediento de hambre,
Libre como el árbol que tanto dibujaste
Yo creo que a ti te conocí en Porlier,
Traigo recuerdos de Ana Faucha,
Ya no me acuerdo… la última vez
Creo que intentabas suicidarte.
Antonio Yeska
domingo, 13 de septiembre de 2009
Pablo a Marcos
“Hasta los comportamientos más humanos
acaban por mecanizarse”
Le dijo el poeta al poeta.
Y entre ellos la muerte amordazada,
matriculados en versos equidistantes
a los suicidios se remitió uno
a la vida de otros se dedicó el otro
a ingerir en los armazones ajenos.
En esa entrevista surgieron meridianos,
escalas en las ocasiones y en los flexos.
En una casa junto al mar, llena de botellas vacías.
Pablo a Marcos, muerto a vivo,
se reconocieron en un tacto libre
Pablo a Marcos, en una memoria de abstracciones,
le dijo: “qué pena no tener un magnetofón”
Todo se ha escrito, tranquilo, Don Pablo, en la poesía botánica del
antropófago fuego que se sacudían a la limón,
en un sitio sin persecuciones, ahí se fueron.
De una podredumbre exquisita
A un resquicio silencioso,
Ahí cantaron juntos, muerto a vivo,
Ahí sentados, en una casa junto al mar.
Francisco José Lifante Martínez
acaban por mecanizarse”
Le dijo el poeta al poeta.
Y entre ellos la muerte amordazada,
matriculados en versos equidistantes
a los suicidios se remitió uno
a la vida de otros se dedicó el otro
a ingerir en los armazones ajenos.
En esa entrevista surgieron meridianos,
escalas en las ocasiones y en los flexos.
En una casa junto al mar, llena de botellas vacías.
Pablo a Marcos, muerto a vivo,
se reconocieron en un tacto libre
Pablo a Marcos, en una memoria de abstracciones,
le dijo: “qué pena no tener un magnetofón”
Todo se ha escrito, tranquilo, Don Pablo, en la poesía botánica del
antropófago fuego que se sacudían a la limón,
en un sitio sin persecuciones, ahí se fueron.
De una podredumbre exquisita
A un resquicio silencioso,
Ahí cantaron juntos, muerto a vivo,
Ahí sentados, en una casa junto al mar.
Francisco José Lifante Martínez
lunes, 7 de septiembre de 2009
Homenaje
Entre los riscos cantábricos
las sombras se deslizaban,
buscando en sórdidos huecos
atisbos de fugaz calma.
La lumbre de las estrellas
era la única lámpara...
En la espesura del monte
lobos despiertos aullaban.
También aullaban silentes
los guardias con sus metrallas.
Los fugados dispersados
para proseguir la marcha
entre el fragor de la muerte
bramando de mata en mata.
La sangre de las montañas
se derramó como lava
dibujando entre las peñas
rojos regueros de escarcha.
Los cuerpos acribillados,
prueba de escarnio y de infamia,
resucitan en recuerdos
de indómita resonancia
en nombre de una justicia
por fieras avasallada.
Y las ideas se expanden
y crecen en las gargantas.
Y en los candiles del tiempo
brillan historias labradas
de una grandeza indeleble
en la memoria y ¡ el alma!
Los clamores y las voces
que silenció la metralla,
rugen como testimonios
de dignidad y esperanza.
Haydée
En homenaje a Marcos Ana y a mi padre: Román González que también luchó por la causa republicana .
sábado, 22 de agosto de 2009
Décimas al camarada Marcos Ana
I
Camarada Marcos Ana
tu pecado fue terrible,
tus ideas invencibles
y tu conciencia tan sana.
Tu bandera siempre grana
tu gesta tan relevante,
abnegado militante
del Partido Comunista
luchador antifranquista
de la justicia garante.
II
Preso ya desde tu infancia
a muerte fue tu condena
y rompiste las cadenas
con tesón, con elegancia.
Tus dotes de tolerancia
¡poeta comprometido!
por la lucha del partido
al que entregaste tu vida
generosa, compartida
veintitrés años seguidos.
Camarada Marcos Ana
tu pecado fue terrible,
tus ideas invencibles
y tu conciencia tan sana.
Tu bandera siempre grana
tu gesta tan relevante,
abnegado militante
del Partido Comunista
luchador antifranquista
de la justicia garante.
II
Preso ya desde tu infancia
a muerte fue tu condena
y rompiste las cadenas
con tesón, con elegancia.
Tus dotes de tolerancia
¡poeta comprometido!
por la lucha del partido
al que entregaste tu vida
generosa, compartida
veintitrés años seguidos.
Paco Cachano
miércoles, 18 de marzo de 2009
El Hombre de la Flor
(A Marcos Ana)
El Hombre de la Flor está cautivo.
Su cuerpo atropellado, medio-muerto;
pero la Flor le entrega su perfume
y es arrojado del lado de los vivos.
El Hombre de la Flor, muere y respira.
Allí en la Oscuridad, todo es más claro.
La Flor derrama pétalos Azules,
y Él construye una escalera viva.
El Hombre de la Flor mira la Luna,
y en su reflejo el mundo se refleja,
Todas las penas son la misma pena.
Todas las lunas son la misma Luna.
Ha muerto ya mil veces, destrozado.
La Flor inmaculada lo regresa.
por la Escalera de pétalos azules,
y cose con paciencia los pedazos.
El Hombre de la Flor tiene un secreto,
para seguir viviendo enamorado:
Resucita en palabras que están vivas.
Son pájaros de amor, que van volando.
Flavio Dalostto
El Hombre de la Flor está cautivo.
Su cuerpo atropellado, medio-muerto;
pero la Flor le entrega su perfume
y es arrojado del lado de los vivos.
El Hombre de la Flor, muere y respira.
Allí en la Oscuridad, todo es más claro.
La Flor derrama pétalos Azules,
y Él construye una escalera viva.
El Hombre de la Flor mira la Luna,
y en su reflejo el mundo se refleja,
Todas las penas son la misma pena.
Todas las lunas son la misma Luna.
Ha muerto ya mil veces, destrozado.
La Flor inmaculada lo regresa.
por la Escalera de pétalos azules,
y cose con paciencia los pedazos.
El Hombre de la Flor tiene un secreto,
para seguir viviendo enamorado:
Resucita en palabras que están vivas.
Son pájaros de amor, que van volando.
Flavio Dalostto
lunes, 16 de marzo de 2009
Otro poema dedicado a Marcos
Decidme cómo es un árbol.
Al mundo le confiesas, Marcos Ana,
que olvidaste de un árbol sus colores
y el árbol eras tú, con tus clamores
despertando a la luna, luz hermana.
Un árbol cuya sombra capitana,
forjada entre esperanzas y dolores,
logró con sus raíces los amores
del que iban a matar cada mañana.
La raíz es a veces tan fecunda
que no se puede ver por lo profunda.
Sin embargo en tu libro es clara y llana.
Plenitud de emoción y de ternura,
de talento y feliz literatura.
¡Qué orgullo es ser tu amigo, Marcos Ana!
Salvador Arias
Al mundo le confiesas, Marcos Ana,
que olvidaste de un árbol sus colores
y el árbol eras tú, con tus clamores
despertando a la luna, luz hermana.
Un árbol cuya sombra capitana,
forjada entre esperanzas y dolores,
logró con sus raíces los amores
del que iban a matar cada mañana.
La raíz es a veces tan fecunda
que no se puede ver por lo profunda.
Sin embargo en tu libro es clara y llana.
Plenitud de emoción y de ternura,
de talento y feliz literatura.
¡Qué orgullo es ser tu amigo, Marcos Ana!
Salvador Arias
viernes, 23 de enero de 2009
Le escribieron a él
A lo largo de su vida muchos han sido los poetas y amigos que dedicaron sus versos a Marcos Ana. Algunos son inéditos y otros han sido publicados pero todos son un homenaje que queremos mostrar en esta página.

Marcos, Marcos, Marcos Ana
oh Marcos del corazón,
con una grande ilusión
esperamos siempre verte
y siempre, siempre quererte
muy lejos del paredón.
Rafael Alberti
No hablo por hablar. Escribo
hablando sencillamente:
como en un cantar de amigo.
Nazim, Marcos, Lina Odena,
Nina van Zandt, compañeros
en la libertad más bella.
La libertad del que forja
un pueblo libre: Miguel
Hernández cavó la aurora.
¡Ah de la vida! Preguntas
a tientas: "el mar", "el campo"...
Las olas se han vuelto mudas.
Veintidos años...Decidme
cómo es un árbol. Quién silba
arriba en el aire libre.
Quién me recuerda. Quién llama
desde el fondo de una mina.
Espaciosa y triste España.
La libertad por el suelo.
Tú la levantas, la apoyas
en el hombro del obrero.
El olivo y las espigas
te dan la mano, se pasan,
brisa a brisa, la consigna.
Como en un cantar de amigo,
escribo lo que me dictan
la fábrica y el olivo.
Blas de Otero.
Al poeta Marcos Ana.
A ti que salvaste del dolor al amigo.
A ti que parecía nada asustarte.
A ti que te erguías sobre tus temores.
A ti que sonreías para callar el llanto.
A ti que colmabas de versos, de cuentos
de historias.
A ti que no te has rendido,
que has luchado por ver
al árbol perdido.
A ti que aspirabas profundo
el saludo del aire en traslados,
que olías las nubes,
las flores, el campo.
A ti que apagaste la risa del verdugo,
sin mentar nombres,
ni siquiera por lo bajo.
A ti que con palabras libres
nadabas sin agua,
corrías sin piernas,
volabas sin alas.
A ti que escribiste
a Alberti, a Neruda
y pudiste conocer
los versos más tristes.
A ti que sin espacio
anduviste kilómetros.
A ti que con un patio
alcanzaste el cielo.
A ti que falta te hacía la certeza
supiste sobrevivir a la incertidumbre.
A ti que temiendo a la parca
elegiste permanecer en la vida.
A ti que nos diste la oportunidad de verte
de conocer tus memorias,
que nos presentaste a tu gente
parte de tu gran historia.
A ti, para el que cada noche
se transformó en mañana,
que por amor fuiste Marcos
y por lo mismo, Ana.
Gabriela Cortese (4-10-08)
UN ROSTRO EN LAS BALANZAS DEL SILENCIO
Nada es tan hermoso como un pueblo en pie. (Marcos Ana)
Un hombre camina por el mundo.
Tiene los ojos limpios de buscar la luz
de un cielo entre paredes,
las manos juntas como dos ciudades
y una voz afiebrada,
larga como el cemento antiguo de la vida.
Su casa es un poema donde vivimos todos;
sus letras calientan las piedras de la cárcel,
sus verdades golpean,
tienen comodidad en otros pechos.
Un hombre entero pasa,
se acuerda de la tarde aquella cuando el sol estaba solo
y así pudo entregarse lujurioso
al aire y al amor de todos
por el poder de la palabra.
ANA FERNÁNDEZ (noviembre de 1965)
¡Oh sabio, generoso Marcos Ana!
Tomaste de través
las luces turbias
que en tu prisión entraban.
Y las transformaste
en plenos soles
estallante esplendor
calor humano
de nueva vida.
Sufriendo y sin rencor,
tú,
Marcos Ana,
tú,
durante 23 años,
construyendo
la nuestra nueva
deseada
Patria.
José Herrera Petere
El bosque (A Marcos Ana)
Has dado la vuelta al mundo
Sin apenas pisarlo
Lo has respirado en tus manos
Como jornalero impaciente de versos
Has escrito con cemento
Esquelas inconclusas
Te has alimentado de luz
En la eternidad nocturna de la incertidumbre
Has enfermado de razón
Por eso llueves en cada conciencia
Te has comido toda la injusticia
Y has contestado con temple
Arrímanos tus leyendas de amistad
Convócanos alrededor de tu dolor
Que sabremos compartirlo compañero
Con sencillez
Sin demasiados alborotos
Para compartir así la muerte en vida
La vida última que es la primera siempre
Arráncanos pues el miedo con miedo altivo
El llanto con irreverente canto
Desdibuja aquellos rostros de esperpento
Y condénalos a vernos junto a ti
Cuántas despedidas desoladoras
Para tanta indiferencia
Cuántas memorias que reparar
Y cuántas nos faltan
Cada letra tuya
Supone un latido para la humanidad
Cada minuto de tu reclusión
Una esperanza universal
Invócanos resuelto en tu petate de poesía clandestina
Imprégnanos de rojo y paciencia
Gregario vanguardista de la cultura
Voluntario del amor tardío y solidario
Que por mis venas fluye tu historia
Que por las de mis hijos fluirá
Para que jamás se olvide tanta barbarie
Representada en tu frente despejada de revolucionario
Que no sólo quiso mejorar el mundo
Sino que lo consiguió.
Francisco J. Lifante
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